Extraño es no poder hablar
Desconocido es volver a sentir que no tengo palabras que describan los sentidos Desde pequeño que mis pies no pisaban arena alguna Y sólo podían hundirse en las aguas del mar Hace mucho que mi cuerpo no imploraba Por volver a los pisos altos de las habitaciones de la élite Para dejar caer su vida con el fuerte viento en su cara Hoy pensar no es una alternativa Menos un recurso de sobre-vivencia No existen sonidos que devienen en palabras El silencio ha llegado incluso a la obstruir la pseudo-inteligencia de la inconciencia Ni si quiera el cuerpo admite conocer el desconcierto de no ser feliz No queda más que la confianza en los respiros Hasta que éstos dejen de latir Hasta que salga de este planeta Hasta que logre libertad