En una dimensión individual. Envuelta. Así está. Supongo, imagino, creo. La verdad, me tomo la libertad de pensarlo. Lo cierto es que no lo sé. Nunca he visto su rostro. Nunca nadie la ha visto. De ahí su leyenda. Dicen que de tan real, se esfuma como espectro entre las personas. ¿Nunca se ha dejado ver? No creo, no del todo. En todo lo que hace, está. Siempre es ella. La quieren, la conocen, seguros están todos de haberla visto crecer. Hasta puede que eso haya pasado. Calles, esquinas, abrazos, sí fueron reales, solo que tal vez de paso. No todo en su corazón es tan claro. Tiene prisas, tiene pánicos, tiene gritos que han huido tomados de sus manos. También ella ha amado, ha querido matar, ha querido morir para atesorar su felicidad. También ella ha escapado, ¿quién no? También la han abandonado. También creció en soledad aun con ellos a su lado. Se pregunta –asumo- ¿cómo puede osar el mundo llegar a comprenderla? Me pregunto, ¿acaso le importará? Diga y haga lo que qu