Con-fort
Nota algo, cae, se da cuenta. Leyendo eso de Fuguet, en ese libro Tránsitos, cuando declara que es capaz de dejar su propia vida por la de un personaje, se da cuenta de una cosa: nunca ha dejado su vida de lado para hacer algo. Nunca ha dejado su vida por nadie. Siempre ha tenido su vida de lado. Siempre la ha tenido en cuenta, en prioridad, en estabilidad; conformidad, en realidad. No es que deifique al escritor, más allá de la admiración que le tiene, solo nota que, por un lado, su vida personal requiere un cambio y, por otro, el arte es universal. Al final no importa que Fuguet escriba, sino de lo que escribe, no importa siquiera que sea escritor, sino que se da cuenta ; como lo han hecho músicos, poetas y otros también. Quienes perduran o se matan, algunos temprano, otros después. Es bueno que Fuguet no se haya suicidado –piensa. Lo respeta por eso, así como a Roger Waters, por ejemplo. No es que no respete a Cobain, Ricky Espinosa, Violeta Parra, Pizarnik o Andrés Cai