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Mostrando entradas de octubre, 2024

Actualidad política

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Y así es como en la cabeza de un loco, un mago pasó a ser un demonio para salvar a un delincuente (anónimo). El profesional malo termina dedicándose a la política (un profesor). Las paredes hablan (la pared). Gente, permítanme hablar leseras un poco. Pero esto de Monsalve y Valdivia es de lo más extraño. El timing, la forma, las similitudes. Los victimarios elegidos al dedo, hombres proclives a pensar con el pico, cada uno en posiciones clave, uno en política y el otro en el fútbol y los medios, ex de una política, además, con mucha historia farandulera. Por otro lado, las víctimas, al parecer tres (una de Monsalve y dos del Mago) les pasó lo mismo, no recuerdan nada. Todas fueron a comer y tomar. Es una movida perfecta para sacar del tapete a Hermosilla y, de paso, inclinar las elecciones. Aquello de los audios era tan grave que necesitó un shock así de grave para desviarlo. Resulta hasta obvio, casi como Homeland, operaciones típicas de espías y servicios secretos al interior del pro

De-a-dos

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Sorpresas que no terminan. Estados que no nos olvidan. Ciclos por siempre abiertos. Espacios que no se detienen en el tiempo. Todo parece cambiar, pero sobre bases que nunca lo hacen. Persisten, crecen, transforman sus formas, aromas y colores, mas sin desaparecer.  Alguien dijo, al parecer, que son dos en un pulso intermitente quienes sostienen un lazo. El amor, el deseo. En un momento uno, en otro momento el otro. Graduales presentes complementarios. Una danza, un movimiento. Potente, lindo, inmenso. Un cambio de timón para el mismo curso intenso.  La belleza de captar y entender. Verse crecer. Pasar de un estatus a otro. Hacer dual un todo. Arriba, abajo, a un lado, al otro. Dialéctica del cariño. Caudal de un río en eterno movimiento. Como los espirales y los círculos. Como la vida en cualquier lugar. Universal, b ello. Te quiero.

El humo, los sueños

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¿Bocanadas para no soñar? No sé qué pensar Suena mal, pero no sé... Soñar no es cómodo me despierta,  y eso suena peor Para eso escribo: para darme cuenta de estas prácticas instaladas protectoras, defensivas ¿De qué? ¿De una vida? ¿De sueños e interrupciones? Quiero aclarar: me refiero a los sueños como esas imágenes de la mente al dormir, al descansar. No hablo de metas ni proyectos, sino de texturas y colores, de ese universo creador ese espacio morfoenergético algo entre visión y sensación corporal Un sueño... o una pesadilla, da igual. Esos sueños ¿me incomodan? ¿Les temo? He asociado territorios con sueños, soñar de acuerdo a entornos, a olores,  a vistas,  a memorias. Hay una ciudad en especial, que me hace mal. Hay cosas que no quisiera soñar. No tengo control,  me desespero.  No disfruto transitar por un sueño. ¿Se debe poder hacerlo? Es evidente para mí: el cambio, lo que sucede cuando y lo que no. Basta que de noche no apague el cerebro (¡cómo suena eso!) y surgen cúmulos de

Distractivos desapegos

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Promuevo el desapego, como quien siembra estrellas en la vastedad del cielo. Cultivo el egoísmo, no como un vicio, sino como una flor que florece en la independencia, en un jardín de soledad serena. Creo un espacio libre, un mundo amable que acoge como un abrazo, donde las culpas se desvanecen como niebla al amanecer, y los juicios son solo ecos que se pierden en la distancia.  Aquí, nada es claro, y menos aún correcto; todo se disuelve en un mar de incertidumbres, donde la moral se estira como un suspiro largo y los valores se transforman, flotando como hojas en el viento. No me pregunto si está mal o bien, pues no creo en dualidades, sino en la danza infinita de múltiples vientos.  No busco orientación; recibo lo que doy, y en ese intercambio, el respeto se convierte en un lenguaje compartido, profundo, ni tan lento.