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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Hilo

A veces sublimo. Otras no. Quiero hacerlo siempre. Estar en constante comunión. Mi padre es de la calle. De los senderos con o sin asfalto. Hijo de mala madre. De padre nómade, feliz y sobreviviente. Es de los viajes y el presente. De la urbe emergente. De los eternos arriendos. Del té sobre el velador. Del amor intermitente. Soy hijo de un héroe. De un fantasma bello. De un húsar desprendido e inconciente. De madre errante. De latidos inconsecuentes. De calles de tierra y negro alquitrán. De la ausencia. De la falta de voluntad. De la alegría real e incierta. Mi hija es de la calle. De las casas de diversos familiares. De amigos. De escapes a un destino que se forja en el azar. De sueños. De las preguntas. De mala madre y ausente padre. De la inconsistencia familiar. El hilo de la comunidad. Así llega la tarde en una puesta de sol que nos pertenece. A los tres y nadie más. Rayos de luz que entran hacia una ventana amplia. Blanca por dentro y aireada en su intim

Resumen

La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer. Vamos cayendo, cayendo de nuestro zenit a nuestro nadir, y dejamos al aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo. Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del zenit al nadir porque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra. Hemos saltado (…) del borde de una estrella y vamos cayendo. Vicente Huidobro, Altazor, extracto Prefacio

Históricas obscenidades

Escribe. Sobre una patria. En una patria. Un apátrida. Escribe de las obscenidades de modernos rieles. De aquello que sin amar fue usado para sublimar. Para incluir. Y aun así todo pudo ser un mal. Salir mal. Sin aceptar. Sin cuajar. Sin respirar realidad. Hubo de niñas y niños comportamientos indecorosos. Succiones de placeres corporales animales. Sin amplia educación. Con instintos naturales. Hubo caricias. Erecciones. Obscenidades. Amistad en la creciente distinción. Florecida moral de secreciones materiales.    Hubo animales. Hubo niños. Hubo niñas. Mujeres. Vacilaciones terrenales. Discretos secretos sucios. Fábulas de lo inmoral y lo pernicioso. Urbanidades. Besos de niñas, de mujeres, de perros, de hombres. Besos imaginarios en juguetes desolados. Pura sensación invisibilizada. Desorientada. Incomunicada. Lego familiar construido de inferencias. Sin certezas. Ganas. Nada más. Lindantes. Primas. Contiguas. Mascotas. Urbes. Pasos en calles desastradas.

Reina del Tamarugal

La Tirana. Pensamos en ir allá para salir de cierta rutina. O para no caer en ella. Ir para variar. Para cambiar el aire y las imágenes. Yo aproveché de ir a rezar. De pedir a la chinita una ayuda laboral y, de paso, espiritual. Debía tragar mis palabras pasadas. Esas palabras ateas que hoy se ven difuminadas. Abordamos entonces un taxi. Mejor que ir en bus o un micro. Para un viaje de casi dos horas mejor es no respirar el olor de un bus. De baño de bus. Y mejor es no sentarse en un asiento de micro. De esos que trizan la espalda. Que destruyen el coxis. Que no te permiten estirar. El taxi era feo y chico. Viejo y con mal olor. Lo único bueno fue ser más rápido. Y lo peor de todo el conductor. Un joven de ascendencia indígena sin audacia de piloto.   La ida –la subida- fue normal y pausada. Llena de autos baratos de segunda mano intentando adelantar. Todos peregrinos. Devotos religiosos de la madre del norte chileno. La virgen de La Tirana. Iban camionetas llenas. Atest

Palabras trágicas

Henos vivos olor a heno Personas que hayan hallazgos Abrasan carne Abrazan personas Abrasan personas Y las matan. Uno cogió, calló, cojeó Uno iba por el IVA Oía, “vote por el del bote” O “calle en la calle”. Uno zulló lo suyo Dijo y digo Ella y yo frente a ellos Unos Hunos Haciendo mal. Asiendo personas Siendo visadas hacia Asia Así fue la vida. Fijó su ojo fijo Vio a ésta que está Cazando y casando los animales Cazando y casando las personas Ávida de vida Aprehendiendo lo que aprende, prende su mente “Has un as de ti”, decía su padre Mientras éste viajó al este Él. Ibo. Iba y vio biocombustibles Emprendió alas y haló el ala de Alá Hizo vida. Izó bandera. Mas nada más Nada ¿Él? Nada. Él solo nada. Nada solo Ahora hará aros en aras de su última hora Ahora arribó la hora   Llevará la caza a casa Harto Arto para qued

Invitación mágica

Ella lo considera una invitación. Dice: Una vez que el intelecto ha sido satisfecho y su 10% de capacidad de comprensión ha marcado los límites que lo separan de la experiencia cuántica, el camino se abre claro y seguro para seguir las huellas que se irán presentando para llegar a la meta de la trascendencia de las limitaciones y entrar en los reinos de la perfección creativa, que incluye la felicidad tan ansiada. Fresia Castro, 1996, El cielo está abierto, pág. 18

Hoy es 05 de septiembre

Y mi hija cumple 16… Te quiero hija mía. Felicidades para ti… Los mejores deseos para tu vida… Para tus sueños… Para tus anhelos…  

A propósito de... de la vida...

Notable… El tratamiento de los temas es tan miserable, tan bastardo, que hay un punto en que no se puede más. Yo me enfermé con la televisión. Me enfermé físicamente. Llegó un punto en que ya no podía más. Entonces hice un esfuerzo económico, porque uno vive de eso, y estoy intentando vivir de lo que hago ahora, de lo que me corresponde vivir. Alfredo Castro. Actor. El Mostrador. Septiembre 02 de 2012 http://www.elmostrador.cl/noticias/2012/09/02/alfredo-castro-denuncia-la-podredumbre-espiritual-que-causan-las-teleseries/?