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Mostrando entradas de marzo, 2009

Ángel. Entidad de la bella realidad no transparentada

Entrando en la densa neblina pestilente Voy en busca de un rincón sucio, pero afable, de la moral Un lugar que me lleva a las antiguas orgánicas del mundo corrompido y alegre En medio de la espesa nube hedorosa busco mis manos para cortar mi desgracia Y avanzo hacia la plenitud y seguridad de quien busca lo que aún no encuentra habiendo ya pasado por ello Y de pronto ahí frente a mis sangrados ojos Un Ángel Un Ángel de majestuoso alado y cautivante proporción Un Ángel de sueños secos y húmedas sinapsis Un pedazo de víbora tersa y blanca como las nubes cuando existe el cielo Un Ángel frente a mis prohibidos segundos para pensar Sólo una silueta de niña envenenada con mirada de gusana distorsionada Me ve y me acoge Me huele y busca sus capas de cristal para no llorar Un Ángel que de mí conoce los márgenes de la ética Y que aún en su miseria busca sonreír a cualquier cálida arena que abrace su cuerpo Ella un Ángel de tallado carruaje y finas terminaciones Pero de tormentosa vida material

Pequeña más inmensa que el mar

Pequeña de ojos tristes Dónde están tus ilusiones de niña perdida y abandonada a su azar Pequeña de mirada dulce Cómo he de hacer para borrar la tristeza de tus ojos y las voces de desencanto que deja salir tu boca Oh mí pequeña más candente que la luz de un sol de verano Oh mi bella niña de inquisitivo pensar Haces de mi vida la única novela dulce que se escribe en mi memoria Y haces de mis días complejos saltos de vida ejemplar Cómo no he de conocerte como la abeja a su flor Cómo no he de saber cuando tus labios piden sed y dejan el hambre Cómo no he de conocer tus olores y tus suspiros Cómo no ha de ser real si llevas mis sueños entre tus dedos y nada de tus manos cae como el mar Mi pequeña más brillante que una luna Más diamante pareces que las famosas estrellas de los pensadores Hacia dónde va tu mirada, niña de incierto final Hacia dónde tus manos caminan sin pensar aún, pero con sus latidos en medio de las pestañas Hacia dónde vas niña que decides ser mujer Hacia dónde tus cimie

Esa su casa que hizo un Sebastián

Hoy estuve ahí. Ahí en la caverna alucinante. En la mazmorra de los sueños que se divierten bajo frondosos árboles movedizos. Ahí donde aterrizaron los que sólo él imaginó. Estuve ahí, en su hogar pasajero, en una más de sus mantas de abrigo. Todo es mar para sus ojos, tanto así que parece entrar por las ventanas. Todo es memoria y recuerdos para quienes como yo deambulan cuan fantasmas queriendo molestar a célebres humanos. Hoy ahí estuve, en su techo y en su morada, rodeado de naves chilenas e inglesas, entre mujeres de continentes, entre baños diferenciados, entre espejos que cuidan dimensiones. Hoy estuve y vi sus licores, sus olores y algo de sus musas abordadas. Hoy ahí estuve, estuve en la máquina de las letras, en el hogar de personas varias que albergaba un ejemplar. Muchas manos pasean hoy por sus recovecos, manos que no pueden tocar y entonces sólo buscan sanar sus ojos de los asombros. Cuánta grandeza, cuánta inmensidad. Tutelar como él planeaba, desconocido como cualquier

La idea es la huída

La soledad de un asno se hace volar Hace de la música un disco de tango Una pieza de azar Una pizca de arenas que se deslizan por las ventanas. Sólo las aulas siguen en pie Y sólo en pie disfrutan los peces del viento Mas cuando los vinos dejan su vida a las pasas Ellas las sinceras féminas de largo pelo Se mezclan con las águilas rosadas Y los falos eclesiásticos. Yo no sigo los museos Son ellos los que buscan mis alas Yo sigo la oscuridad que dibujan los pies De los que huelen en el under Donde los orines tutelares se sepultan Y en sus tumbas los pastos no sufren dolor, Más aún, esos sus gusanos lucran con el póker Y ya sin los huesos son las alas enfermas que buscan un Dios.

Un juicio que lleva a amar

Vi más que sólo su fotografía de niña sonriente Y no es que piense en ella desde que la vi Más bien al verla en su origen pensé que su sangre era densa y pesada Y que algo había en el lenguaje muy seguro que exhalaba de su boca Unas muy fluidas e incesantes caricias y espinas de expresión Ya con eso mis gotas de pensante debate un juicio urdían de sus labios De sus ojos, de su pelo, de su historia inferida del movimiento de sus manos Y un sonido de opinión mezquina mezclo-se con el miedo adquirido al color de su piel Deseando que de no ser mía lo fuera de cualquiera que sin sesos no descubriese sus ironías Pero algo falló Y un recipiente quebró los líquidos que llevan entre el aire lo que pensé de ella Como las aves que bajan para tomar la corriente matinal Así fue como silenciosamente mis alaridos pedían por ella Y mis manos la quisieron tocar Mas mis labios no se atrevían a besar Hoy la extraño ya que la vi y surqué sus misterios Los deseos que busca fraguar mediante una cámara y el

Por apuro la vacilación

Lucho por no sucumbir y perder No será esa la muerte en mi vida Y así todo es difícil lidiar con la vergüenza Con la vacilación aprendida Con la prédica imperfecta Que mueve las manos para terminar en el arenal No y no en estas manos No habrán de morir aquí mis hijos predilectos Y sólo los únicos que tengo Todo inicia con un temblor de gotas que brillan en recovecos cerebrales Todo surge en el brillo libidinoso de las gotas pensantes Que llevan desastres naturales como hormigas por los interiores del envoltorio Todo allí es muerte pequeña Todo ahí es placer palpable e ilusión reprochable Dirigida a los reinos de la descendencia A la prole celular Que risueña vuela sin mucha fuerza Hacia los segundos de vida en el aire Esperando su caparazón secar al sol y la memoria Lucho y tropiezo por esas mismas gotas Por apuro de niño se construye la vacilación Por las herencias bajas De la cotidianidad en clase periferia Por todo aquello hoy incluso sueño y lucho Pienso y tuerzo las vidas que quis