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Mostrando entradas de julio, 2013

(Paréntesis)

Paréntesis –la película- es bella. Es dulce. Es un espacio trasparente de urbana locura. Son ellos enfermos por distintos. Más puros que el resto. Más lindos que todo el resto. Dan deseos de encontrarlos a ellos –Camilo, Gus y Mike- en una plaza, en una banca del centro, bajo el sol, comiendo helados. Viviendo en paralelo con un corazón más grande que su propio cuerpo. Paréntesis muestra que se es débil cuando se siente. Que la urbe no es para extraterrestres. Que no puedes ser y solo ser y respirar. Que siempre para vivir debes esconder lo que sientes. Y así nadie entiende el sendero de luz que brota del pecho de las princesas y los príncipes. Me gusta Paréntesis porque me hizo callar. Porque me dio pena y amor. Porque vi el cariño en los ojos de los tres mencionados. Porque de tan raros parecían estrellas perdidas en una ciudad grande. Porque me hizo recordar amigos, parejas, a mí en distintos espacios y tiempos. Paréntesis es un lapso eterno. Que sin duda, una vez cerrad

El ciclo

Y qué se dice ahora. Ahora que el modelo social nuevamente se rompe. Y otra cosa más que callar. Otra vergüenza. Otro orgullo oculto en gestación que mueve felicidad. Podría ser distinto. Claro. Sí. Obvio. Por qué chucha no. La disfunción reaparece. Y perduran ramas dislocadas que el amor intenta rectificar. Me apesta. Es de tontos en la ciudad. Es de imbécil historia que otra vez de vuelta la rueda. Que se repitan las circunstancias. Y que todo nunca mejore. Eso estanca. Detiene. O abre hacia otros lados. Pero he de quejarme. Lo he hecho mal. No he estado y las consecuencias son exactas. A ella. Esa niña. Eso no debía pasar. No así. No igual. No ahora. Mierda. Mierda. Puta la huevada.  

Feliz día fuera del tiempo

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Luís Rivano... de culto...

Luís Rivano Leyenda viva de la literatura chilena... De culto... Otro Canal | Video

Running

Corre por las noches. Sale a trotar frente a su departamento en la playa. Hace unas semanas instalaron luminarias y se puede trotar seguro hasta tarde. No es una ciudad muy amigable. Es más bien flaite para ser tan pequeña. Pero en la playa nada lo puede frenar. Cada ola revienta feroz a un costado. Siente la brisa y el rocío en su rostro. Le alegra. Sonríe cuando la luz de los focos se mezcla con las gotas de mar en el aire. Es un momento importante, cree. A veces más importante que salir a trabajar. Cada zancada es un escape. Es la fuga. La liberación. No le cansa trotar, más bien lo motiva. De haber kilómetros eternos de playa no se detendría. En ese sendero está tan solo como le acomoda. Como siente que ha sido toda su vida. Solo aves lo acompañan. Aves que además no lo pescan. Y perros que no hacen ningún intento por atacar. Es él sobre arena huyendo de sí. De su trayectoria y las transformaciones de su existencia. Muy poco. Solo lo necesario para volver a despertar cada

Lapso

En la fragilidad de las caídas en el mar se reflejaba su estado. Amaba caer al agua luego de deslizarse. No había nadie en la playa. Estaba solo. Mar alrededor. Olas que se ocultan y de pronto afloran gigantes. Y esa era su vida. Una solitaria diversión personal sin otro significado que los propios sueños. Ya hacía tiempo se había preguntaba si sus gustos rentaban. Y era claro que no. No hacía cosas malas. Tampoco las había hecho. O sea, no tan malas. Estudió. Terminó su carrera y se tituló. Trabajó haciendo clases. Aún lo hace. Investiga fenómenos sociales y sus conclusiones sirven para mejorar las políticas. Escribe. Escribe harto. Lo hace más que otras actividades. Es buen amigo y buen hijo. Pero no buen padre y menos gran pareja. Quisiera tener más, pero no le importa cuándo. Tal vez nunca –llega a pensar-. Y siente un orgullo solapado sin origen claro cuando proyecta una distinción que nunca conocerá. Le pasa a todos los grandes –dice-. ¿Le pasará a él? No lo

¿Sigues ahí?

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http://www.theclinic.cl/2013/07/14/la-cago-veinte-retratos-con-20-drogas-distintas/

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¿Qué es eso? ¿Donoso, Gómez Morel, Manuel Rojas, Skármeta, Fuguet, Bolaño, J. y A. Edwards, Neruda, Huidobro, Wilms Montt, Mistral, Rivano, Méndez Carrasco, Nicanor Parra, Marcela Paz…? –No en ese orden, obvio. Ni cagando- ¿Los desvíos se enmiendan con el lenguaje? –Interpretar…

¿Imprevisión?

“La alegoría –si se me permite el juego de palabras– trabaja como un “armario”: espacio donde los protocolos de lectura mecánica nos obligan a renunciar al goce (del cuerpo) del texto: en Casa de campo “nada es lo que aparenta,” pues, “tanto por lo que se deduce de la lectura, como por lo que conversamos en clase , parece claro que Donoso está hablando del Golpe de Estado de 1973 [–insiste la maestra]” (183; el destacado es mío)8. Cual lector de Barthes, Matías considera que el goce (de la escritura, de la lectura) solo es posible cuando el texto se desnuda ante los ojos del lector como una zona de imprevisión donde el determinismo contextual sea neutralizado, “las cartas [de los modelos que rigen la escritura/ lectura] no estén echadas” y “haya juego [interpretativo] todavía” (Barthes 12). Por el contrario, un texto escrito/ leído fuera del goce (es decir, encerrado en el armario de la alegoría [nacional]), “se diría que [apenas nos] murmura” (Barthes 13). Y –aún más– “ese texto m

Las películas

‘Tarde de perros’ es una de ellas. ‘El tigre y la nieve’ también. No las he visto. Ya las veré. Debo hacerlo. ¿Hubo sinapsis en el gol? Los tres por delante. Tres por delante para tapar o despejar. Y un balón como bala atravesando como nave que escapa a la libertad entre muros que se cierran. La espectacular y virtuosa trayectoria al éxito sublime. ¡Gol! El gol que en este caso se recibe. Una mierda. Que altera cualquier crítica a la educación chilena. Cómo fue a pasar esa huevada. En el final. Mostrando la hilacha. Sin educación pública esto no dejará de pasar. Se cierran, se gritan, no se calman. ¿No merecen –no merecemos- sentir cómo es ganar? ¿Preferimos la comodidad de perder por una humildad confinada en la ausencia de personalidad? O es que acaso seguimos siempre tal cual fueron los primeros chilenos, quienes exiliaban, asesinaban y subestimaban a sus líderes. ¡Indio! Nos ganan. Siempre nos ganan. -Pero no en la guer

Electrónica de vida

Me estoy separando. Mi mujer , Natalia, me pidió hace unos meses el divorcio. Mal. Devastado. Quiero estar con ella. Pero no me pesca. Lo intento. Han sido semanas tocando el tema. Ella se va. Me deja. Igual no insisto tanto. Hay algo bueno en todo esto. Quiero algo más. ¿Disfrutar? No lo sé. Sufro, pero me relajo. Me preocupo por ella. Sí. ¿La amo? La amé mucho. Vivo ahora solo con León, mi gato. Una cosa es segura. Voy a dejar la pedagogía. Eso va pasar. Voy por la electrónica. Me la voy a jugar. Mi papá me ofreció trabajar en su empresa. Me hizo su socio en realidad. Voy a estar un año. Dos, ya. Más no. Y después me voy a Berlín a tocar. A tirarme minas la raja. Esas ricas con carita de Elfo. En los clubes de electrónica. Ésta era. Siempre fue ésta la verdad. Mi verdad. De esto se trata la vida. Mi vida. Lo que van a conocer acá. Soy profesor de matemáticas. Luego de la media, estudié arquitectura un tiempo, después me cambié a pedagogía. Unos viejos ahí no

Cita: Salidas...

-Mira Lucas, aquí en este lugar hay cuatro opciones de salida. Tú eliges las que más te acomode. Son como las esquinas de estas paredes. En una está la muerte. En otra, la locura total. En otra, la locura parcial. Y la última, la que coincide con la puerta, es la de la vida. Ésa es la mejor salida. -¿Y en cuál estoy ahora? -¿Cuál crees tú? ‘Por favor, rebobinar’. Alberto Fuguet, 2008, p. 25.